Dicen que en política no hay mal que por bien no venga.
El triunfo esperado de Mariano Rajoy y los días, casi interminables, hasta su juramento y asunción del mando, enfrentaron a los españoles a una inquietud respecto a quienes le acompañarían en su gobierno.
En mi post anterior realicé una primera valoración de los ministros de Rajoy, señalando que, desde mi modesta opinión, la peor designación ha sido la de Ruiz Gallardón como Ministro de Justicia.
Sin embargo, lo positivo de tal designación será la próxima designación de ANA BOTELLA, como primera ALCALDESA de la ciudad de Madrid.
En tiempos de crisis no se necesitan improvisados ni analfabetos funcionales como los que caracterizaron al nefasto gobierno de Zapatero y su secta.
ANA BOTELLA posee, para complacencia de los ciudadanos de Madrid, una preparación y experiencia en la administración pública que pocas dirigentes del Partido Popular poseen.
Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense, aprobó una de las oposiciones más exigentes, la de técnica en Administración Civil. Incorporada la función pública en el Ministerio del Interior desempeño, posteriormente, funciones de responsabilidad en La Rioja, en la Delegación Provincial del Ministerio de Hacienda de Valladolid y como asesora jurídica en el Ministerio de Obras Públicas, antes de reintegrarse al Ministerio de Hacienda, tras la designación de José María AZNAR, su esposo, como candidato a la Moncloa.
Tuvo la “suerte” de acompañar a Ruiz Gallardón en las listas del Partido Popular, siendo designada concejala de Empleo y Servicio al Ciudadano en la primera legislatura, y delegada de Medio y segunda teniente de alcalde en la segunda legislatura.
ANA BOTELLA llegará al Ayuntamiento de Madrid siendo una política inteligente, capacitada, experimentada y que, en su momento, supo desempeñar con capacidad, tenacidad, protagonismo y estatura moral el gobierno que, durante dos legislaturas, ejerció su marido, José María Aznar, quizás las dos mejores legislaturas de la democracia española, desde la transición, y uno de los mejores gobiernos de toda la historia de España.
Sin embargo, la futura alcaldesa, deberá asumir el desafío político de gobernar en un entorno de crisis económica y social sin precedentes y con una herencia – la de Gallardón – ruinosa. Sus opositores recordarán sus polémicas declaraciones, como, por ejemplo, aquellas que, en otros momentos, realizara sobre el aborto o sobre los matrimonios homosexuales.
Pero, lo cierto, es que somos muchos los ciudadanos y habitantes de España que no toleramos el genocidio anual de miles de inocentes posibilitado por leyes abortistas que han desnaturalizado el espíritu de la ley que el legislador tuvo al impulsar dichas normas, y que somos millones los ciudadanos que pensamos que el matrimonio es y seguirá siendo la unión legal de un hombre y de una mujer, sin que ello implique negar el reconocimiento de derechos civiles a personas que deseen unir sus vidas y sean del mismo sexo.
La alcaldesa Ana Botella deberá responder a la crisis económica, a los desafíos que el Madrid moderno presenta día a día, y una buena medida, más allá de la crisis, sería que, a diferencia de su predecesor, comience por recibir a las asociaciones de víctimas del terrorismo que el ex alcalde devenido en ministro de “justicia” nunca quiso recibir.
El 11M es la gran asignatura pendiente de la democracia española; es la gran deuda que los estamentos dirigentes de la sociedad tienen para con los casi 200 muertos y para los miles de heridos y mutilados. El 11M ocurrió en Madrid, capital del Reino de España, posibilitando el acceso del PSOE de Zapatero y Rubalcaba al poder, tras una campaña de acoso y derribo en plena jornada de reflexión por parte de políticos y comunicadores afectos al partido socialista.
La nueva alcaldesa de Madrid debería comenzar por fijar prioridades para su gobierno: ECONOMÍA (combatir el paro, mejorar la productividad y competitividad de Madrid y atraer inversiones extranjeras), SANIDAD (control de alimentos, mascotas, riesgo ambiental, adicciones, etc.), FINANZAS PÚBLICAS (para reducir la deuda del ayuntamiento, sanear sus finanzas y reducir la presión tributaria sobre los humildes contribuyentes), EDUCACIÓN (para, en consonancia con el gobierno de Esperanza Aguirre, continuar mejorando la calidad educativa y la excelencia, tal como el informe PISA ha reconocido de nuestra comunidad), TURISMO (para que Madrid se transforme en el motor turístico de España, por competitividad, patrimonio histórico, cultural y paisajístico) y JUSTICIA (otorgando a las víctimas del terrorismo el trato que nunca se les debió haber negado)
José María Aznar es una de las miles de víctimas del terrorismo que España tiene afortunadamente vivos.
José María Aznar ha pasado a la historia como uno de los mejores gobernantes de la historia de España.
Confiemos en que su esposa, Ana Botella, continúe con su ejemplo, con eficacia y eficiencia en el manejo de la cosa pública, que es “cosa de todos” y que, como ha señalado en su reciente discurso, S.M. Don Juan Carlos I, tenga muy presentes a las víctimas del terrorismo a quienes todos los demócratas debemos llevar en nuestro corazón.
El triunfo esperado de Mariano Rajoy y los días, casi interminables, hasta su juramento y asunción del mando, enfrentaron a los españoles a una inquietud respecto a quienes le acompañarían en su gobierno.
En mi post anterior realicé una primera valoración de los ministros de Rajoy, señalando que, desde mi modesta opinión, la peor designación ha sido la de Ruiz Gallardón como Ministro de Justicia.
Sin embargo, lo positivo de tal designación será la próxima designación de ANA BOTELLA, como primera ALCALDESA de la ciudad de Madrid.
En tiempos de crisis no se necesitan improvisados ni analfabetos funcionales como los que caracterizaron al nefasto gobierno de Zapatero y su secta.
ANA BOTELLA posee, para complacencia de los ciudadanos de Madrid, una preparación y experiencia en la administración pública que pocas dirigentes del Partido Popular poseen.
Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense, aprobó una de las oposiciones más exigentes, la de técnica en Administración Civil. Incorporada la función pública en el Ministerio del Interior desempeño, posteriormente, funciones de responsabilidad en La Rioja, en la Delegación Provincial del Ministerio de Hacienda de Valladolid y como asesora jurídica en el Ministerio de Obras Públicas, antes de reintegrarse al Ministerio de Hacienda, tras la designación de José María AZNAR, su esposo, como candidato a la Moncloa.
Tuvo la “suerte” de acompañar a Ruiz Gallardón en las listas del Partido Popular, siendo designada concejala de Empleo y Servicio al Ciudadano en la primera legislatura, y delegada de Medio y segunda teniente de alcalde en la segunda legislatura.
ANA BOTELLA llegará al Ayuntamiento de Madrid siendo una política inteligente, capacitada, experimentada y que, en su momento, supo desempeñar con capacidad, tenacidad, protagonismo y estatura moral el gobierno que, durante dos legislaturas, ejerció su marido, José María Aznar, quizás las dos mejores legislaturas de la democracia española, desde la transición, y uno de los mejores gobiernos de toda la historia de España.
Sin embargo, la futura alcaldesa, deberá asumir el desafío político de gobernar en un entorno de crisis económica y social sin precedentes y con una herencia – la de Gallardón – ruinosa. Sus opositores recordarán sus polémicas declaraciones, como, por ejemplo, aquellas que, en otros momentos, realizara sobre el aborto o sobre los matrimonios homosexuales.
Pero, lo cierto, es que somos muchos los ciudadanos y habitantes de España que no toleramos el genocidio anual de miles de inocentes posibilitado por leyes abortistas que han desnaturalizado el espíritu de la ley que el legislador tuvo al impulsar dichas normas, y que somos millones los ciudadanos que pensamos que el matrimonio es y seguirá siendo la unión legal de un hombre y de una mujer, sin que ello implique negar el reconocimiento de derechos civiles a personas que deseen unir sus vidas y sean del mismo sexo.
La alcaldesa Ana Botella deberá responder a la crisis económica, a los desafíos que el Madrid moderno presenta día a día, y una buena medida, más allá de la crisis, sería que, a diferencia de su predecesor, comience por recibir a las asociaciones de víctimas del terrorismo que el ex alcalde devenido en ministro de “justicia” nunca quiso recibir.
El 11M es la gran asignatura pendiente de la democracia española; es la gran deuda que los estamentos dirigentes de la sociedad tienen para con los casi 200 muertos y para los miles de heridos y mutilados. El 11M ocurrió en Madrid, capital del Reino de España, posibilitando el acceso del PSOE de Zapatero y Rubalcaba al poder, tras una campaña de acoso y derribo en plena jornada de reflexión por parte de políticos y comunicadores afectos al partido socialista.
La nueva alcaldesa de Madrid debería comenzar por fijar prioridades para su gobierno: ECONOMÍA (combatir el paro, mejorar la productividad y competitividad de Madrid y atraer inversiones extranjeras), SANIDAD (control de alimentos, mascotas, riesgo ambiental, adicciones, etc.), FINANZAS PÚBLICAS (para reducir la deuda del ayuntamiento, sanear sus finanzas y reducir la presión tributaria sobre los humildes contribuyentes), EDUCACIÓN (para, en consonancia con el gobierno de Esperanza Aguirre, continuar mejorando la calidad educativa y la excelencia, tal como el informe PISA ha reconocido de nuestra comunidad), TURISMO (para que Madrid se transforme en el motor turístico de España, por competitividad, patrimonio histórico, cultural y paisajístico) y JUSTICIA (otorgando a las víctimas del terrorismo el trato que nunca se les debió haber negado)
José María Aznar es una de las miles de víctimas del terrorismo que España tiene afortunadamente vivos.
José María Aznar ha pasado a la historia como uno de los mejores gobernantes de la historia de España.
Confiemos en que su esposa, Ana Botella, continúe con su ejemplo, con eficacia y eficiencia en el manejo de la cosa pública, que es “cosa de todos” y que, como ha señalado en su reciente discurso, S.M. Don Juan Carlos I, tenga muy presentes a las víctimas del terrorismo a quienes todos los demócratas debemos llevar en nuestro corazón.
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