HISTORIA DE DOS TRAICIONES: MOCIÓN DE CENSURA Y GOBIERNO DE PEDRO SÁNCHEZ

 

En los últimos días, hemos asistido con consternación ciudadana a dos traiciones que han evidenciado la miseria moral y política de sus protagonistas, y el grave peligro que amenaza a la España constitucional que una inmensa mayoría de ciudadanos desea mantener, como ámbito de convivencia que garantice sus derechos y libertades.

Tras la presentación de la moción de censura contra Mariano Rajoy Brey, el país se debatía, institucionalmente hablando, entre mantener un gobierno “zombie” (lo que finalmente no aconteció), designar a un gobierno “Frankenstein” o concurrir a un proceso electoral.

Rajoy adios

Mariano Rajoy aplaudido por los suyos durante la moción de censura.

Tres caminos podrían haberse seguido, y previsiblemente se ha optado por el peor:

  • Mantener en el poder a un gobierno “cobarde, timorato y cómplice” de los golpistas e independentistas;

  • Provocar la caída de Mariano Rajoy Brey para abrir el camino a La Moncloa a “un gobierno en manos de golpistas, proetarras, independentistas y comunistas – lo que finalmente ha sucedido -;

  • O que, aplicando el sentido de Estado, Rajoy hubiese presentado su dimisión al cargo, desactivando, de ese modo, la moción de censura, facilitando que los ciudadanos españoles, en un plazo relativamente corto, pudieran pronunciarse en las urnas. Toda esperanza en esta posibilidad quedó descartada cuando la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, compareció ante los medios para anunciar que de nada valdría la dimisión de Rajoy, dado que ello no garantizaría que el PP continuase en el gobierno. Pero, una vez más, el cobarde Rajoy traicionó a los ciudadanos.


Por tanto, asistimos a una muestra de felonía política nunca evidenciada en nuestra democracia, y Rajoy fue su principal protagonista.

Sin embargo, la traición de Mariano Rajoy Brey comenzó mucho antes: en el Congreso del Partido Popular de Valencia (2008), al que el periodista Federico Jiménez Losantos denomina “Congreso de Bulgaria, capital Valencia”, cuando Mariano Rajoy decidió salvarse a sí mismo, traicionando todos los principios ideológicos del Partido Popular, traicionando la herencia política del aznarismo y entregando el accionar propagandístico a la izquierda radical.

Congreso Valencia

Congreso del PP de 2008, en Feria Valencia.


Pero, independientemente de la gran traición de Rajoy al PP, a sus afiliados y a sus principios, lo peor ha sido la gran traición del ex presidente a la confianza depositada por millones de ciudadanos.

A más de 10 años de ese “congreso”, nadie recordará la pedantería y soberbia de algunos dirigentes populares, para quienes, aunque pusieran una fregona en las listas, jamás bajarían de los diez millones de sufragios. La realidad ha conducido a muchos de esos políticos a tribunales, a otros a la cárcel, a cientos al ostracismo político, a algunos pocos a la tumba y a miles a perder el mayor político que jamás detentó una formación en toda la historia de nuestra democracia.

Pero Rajoy no sólo ha traicionado el programa del Partido Popular, Rajoy ha traicionado la confianza de millones de ciudadanos.

Recordemos que, para esas elecciones, el lema de campaña del PP había sido “Súmate al cambio”, y los ciudadanos se sumaron: 10.866.566 ciudadanos confiaron en el programa del Partido Popular. Y esa confianza se tradujo en una mayoría absoluta de 188 escaños.

Resultados 2011

Distribución de escaños en el Congreso de los Diputados,


El mapa político de España se “tiñó de azul”, otorgando a los populares la gran responsabilidad de gobernar, tras el nefasto gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y de no defraudar la confianza de los ciudadanos.

mapa electoral 2011

Mapa político "azul popular" surgido de las elecciones de 2011.


¿Qué votaron los españoles en 2011?

Los ciudadanos votaron un programa basado en una serie de principios, a saber: rebaja fiscal, apoyo a las familias, fortalecimiento de la sociedad civil y de eficientización del Estado, respaldo a los autónomos para facilitarles la creación de empleo, reducción de duplicidades entre administraciones, liderazgo internacional, revalorización de las pensiones, reducción del paro, lucha contra el terrorismo y reducción de la deuda pública, por citar solo algunos ejemplos.

Programa PP

Portada del programa del PP de 2011.


Rajoy, con su traición, ha empeñado nuestro presente e hipotecado nuestro futuro, así como el de varias generaciones de ciudadanos quienes, por primera vez desde la recuperación de la vida democrática, vivirán mucho peor que sus padres y que sus abuelos.

Rajoy traicionó a los españoles en lo económico, en lo político y en lo social.

En lo económico, y más allá del supuesto “mejoramiento de la economía”, Rajoy ha endeudado a los ciudadanos durante varias generaciones, condenándoles a un presente aciago y a un futuro desolador, en cuanto el Banco Central Europeo deje de comprar deuda y aumenten los tipos de interés.

En lo político, por ejemplo, Rajoy, tras la consulta ilegal del 1-O y la aplicación del artículo 155 de la Constitución Nacional, optó por convocar elecciones en la autonomía catalana, sin desmantelar las estructuras del golpe de estado, posibilitando el regreso de los golpistas al poder. La consecuencia de esa traición es el regreso al poder de los independentistas catalanes, liderados por un xenófobo supremacista que llama “bestias con forma humana” a los castellanoparlantes.

En lo social, Rajoy ha traicionado a la familia, ha permitido la imposición de la ideología de género en las instancias educativas (incluso por gobernantes del PP), ha permanecido incólume ante la fragmentación social y familiar derivada de la Ley de Memoria Histórica y ha condenado a la muerte a cientos de miles de no natos, favoreciendo el ingreso de decenas de miles de extranjeros contrarios a la cultura occidental, y deseosos de imponer un proyecto social totalitario al que encubren bajo un manto pseudo religioso.

En síntesis, Rajoy ha sido uno de los mayores traidores de toda la historia de España, tanto que quizás deberíamos llamarlo, Mariano, el felón.

Así como en un momento de nuestra historia, el Rey Fernando VII consideró que no podía enfrentarse al poder de Francia, creencia que le condujo a unir sus intereses políticos con los de Napoleón, Mariano asumió que nunca podría enfrentarse al discurso político de la izquierda y, por ello, traicionó todo el ideario liberal conservador y la confianza de millones de ciudadanos, para unir su futuro político al de una izquierda radical que funcionaría a modo de pinza contra el PSOE y que le permitiría estar durante muchos más años en el poder.

Una vez más, Mariano se equivocó.

Y el colofón de su traición ha culminado con un gobierno del PSOE, con Pedro Sánchez como Presidente, respaldado por golpistas catalanes, nacionalistas vascos, independentistas varios y comunistas totalitarios.

Hoy se ha presentado la foto del nuevo gobierno, al que no nos referiremos en este artículo.

Gobierno Sánchez

Pedro Sánchez, Presidente de Gobierno, rodeado de sus ministros.


Las consecuencias de estas dos traiciones: la de Mariano nacida del 2008, y la de Sánchez aceptando los votos de Bildu, ERC, PdCaT, Podemos, Compromís y otros, la viviremos en próximos días.

Concesiones al golpismo catalán, millones al independentismo vasco, dinero público para los lobbys partidarios de la ideología de género, aumento de la presión fiscal para familias y autónomos, incremento del gasto público en desmedro de la economía productiva, adoctrinamiento educativo, ideologización radical del discurso político y otros serán los efectos de esas traiciones. Pero de esto escribiremos en los próximos días.

 

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