Conquista del poder cultural y conquista del poder político.

"La conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados "orgánicos" infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios."

ANTONIO GRAMSCI (1891 - 1937)

Para Gramsci el concepto de intelectual orgánico es central.

Gramsci delimita el concepto de intelectual en dos sentidos. El primero consiste en definir a los intelectuales por el lugar y la función que ocupan en el seno de una estructura social (intelectual orgánico). La segunda definición, determinar el carácter de intelectual por el lugar y la función que ocupan en el seno de un proceso histórico (intelectual tradicional).

Los intelectuales organizarían la función económica de la clase a la que estén ligados orgánicamente, siendo portadores de la función hegemónica de la clase dominante en la sociedad civil. Trabajan en todas las organizaciones culturales, en el sistema educativo, en la prensa, en los partidos políticos de la clase dominante, para asegurar el consentimiento pasivo de las clases dominadas en la dirección que la clase dominante imprime a la sociedad. Y además, son los organizadores de la coerción de la clase dominante sobre la dominada y suscitan, en los miembros de su clase, una toma de conciencia de su comunidad de intereses, para provocar una concepción del mundo homogénea.

Detengámonos a pensar y preguntémonos:

¿Quienes controlan hoy los medios de comunicación social?

¿Qué ideología inspira y moviliza a los principales "comunicadores" sociales?

¿Quienes organizan, protagonizan y dan contenido a los principales eventos del mal denominado "mundo de la cultura"?

En base a las respuestas que nos demos, comprenderemos muchas situaciones de la vida real, principalmente aquellas que tienden a humillar, menospreciar, vilipendiar y ofender a quienes valoran la vida humana, la libertad de creencias y de pensamiento, la libertad económica y política, o la diversidad de opiniones. Pues lo cierto es que, para el totalitario de izquierdas, el único fin es la conquista del poder político. Y para ello, ante todo, habrán de conquistar el poder cultural.