CASO PUJOL ¿el principio del fin del edificio separatista?

JORDI PUJOL, hijo de una familia de la aristocracia catalana, fue educado en un centro escolar alemán en donde se transmitían valores influenciados por los principios del nacionalsocialismo ascendente y donde la iglesia católica, con sus valores, fomentaba el catalanismo.

Alférez en el ejército de Franco, manifestó su intención de formar parte del Ejército aunque, posteriormente, estudió medicina en la Universidad de Barcelona, logrando, en tal faceta, inventar la pomada antibiótica Neobacitrin.

En la década del 70, y tras iniciarse en política en los años 60, comenzó a manifestar su desprecio hacia los inmigrantes no catalanes que se habían asentado en Cataluña. Así por ejemplo, y tal como fuese rescatado por Ciudadanos en la pasada campaña electoral, el jefe de los convergentes expresó:

“El hombre andaluz no es un hombre coherente. Es un hombre anárquico. Es un hombre destruido. Es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de comunidad. De entrada, constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes. Es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar sin haber superado su propia perplejidad, destruiría Cataluña” (JORDI PUJOL I SOLEIL, “La inmigración, problema y esperanza de Cataluña”, páginas 65 a 68)

Desde la fundación en los años 70 de Convergencia Democrática de Cataluña, Pujol fue creando una red clientelal asociada al reparto, al tráfico de influencias y a los favores políticos. Ex vicepresidente ejecutivo de Banca Catalana (hasta 1976), su nombre continuó ligado a la entidad al ser imputado por la Fiscalía en el denominado “Caso Banca Catalana”. La entidad, tras un falso anuncio de suspensión de pagos, provocó que casi el 40% de los fondos depositados huyeran de la banca regional. En la investigación se detectaron fuertes desequilibrios patrimoniales, una reducción del capital y, como tantas veces en la historia de este país, las autoridades financieras nacionales tuvieron que salir a rescatar la entidad.

La instrucción del caso finalizó en mayo de 1986 y los fiscales Mena y Villarejo solicitaron el procesamiento de 18 exconsejeros, entre ellos, Jordi Pujol. Sin embargo, el Pleno de la Audiencia de Barcelona dispuso que no se le procesase y, en 1990, dicho tribunal dispuso que, aunque no hallase indicios de delito, si se pudo llevar a cabo una gestión imprudente e incluso desastrosa.

Pero, al igual que muchos regímenes totalitarios de la historia de la humanidad, Pujol, en 1984, tan sólo dos años después de iniciado el proceso, convocó a sus partidarios ante un balcón y afirmó que quien le atacase, atacaba a Cataluña. Esa identificación entre un dirigente, una región y un pueblo, resultaría muy peligrosa para la evolución posterior de la política catalana.

Presidente de la Generalidad Catalana desde 1980, tanto durante el mandato de Felipe González como durante la primera legislatura de José María Aznar, Pujol logró imponer condiciones leoninas a toda la sociedad española bajo el pretexto de contribuir a la gobernabilidad de España.

La política entendida como chantaje y el nacionalismo catalán como cobertura de los negocios de la familia y los amigos, fueron convirtiendo a Cataluña, en las últimas décadas, en la región más corrupta de Europa.

Como deriva de ese estado de cosas, el nuevo Estatuto catalán – aceptado por Zapatero sin analizar la constitucionalidad del mismo - sentó las peligrosas bases jurídicas del actual estado de cosas, de un régimen pseudo – democrático donde se impone un dialecto regional a todos los habitantes, tanto para la vida profesional y el acceso a la función pública, como para la vida privada, donde los medios son cooptados o comprados por medio de jugosas subvenciones desde el poder y donde se ha dado el máximo sueño de todo dictador, a saber: que existiendo varios periódicos en el mercado, todos ellos publiquen el mismo editorial un mismo día, lógicamente en defensa de Cataluña y su proyecto separatista.

Controlando la educación, adoctrinando a los niños en el separatismo, utilizando a inmigrantes de distintas nacionalidades para expresar su odio hacia España, chantajeando al gobierno nacional para que le conceda más recursos pese a la menor contribución catalana a la recaudación nacional, utilizando al deporte y a uno de sus principales equipos de futbol como bandera del separatismo, usando esos recintos para insultar al Rey de España o a su Presidente y tergiversando la historia para inventarse unos falsos “países catalanes”, el nacionalismo ha realizado progresos bajo su influencia, dividiendo a la sociedad y poniendo a muchas personas en el error de identificar Cataluña con una casta parasitaria de privilegiados que, a la luz de las ultimas noticias, no habrían hecho otra cosa más que aprovechar su poder para delinquir en su propio beneficio.

Tras reconocer en una carta, que durante décadas, habría cometido conductas que presuntamente habrían incurrido en ilícitos penales, producto de las investigaciones realizadas por la prensa libre y las denuncias que escasas voces han ido realizando, pareciera que la aureola de decencia de Pujol y de su partido se ha desvanecido.

El nacionalismo catalán – nacido y amparado, al igual que ETA, en las sacristías – ha tenido, durante años, un dirigente ávido de dinero, poder e influencias; un dirigente de un régimen que se ha granjeado el apoyo de miembros de la jerarquía católica catalana e incluso de una mediática monja de clausura que apoya públicamente al aborto, sostiene la necesidad de que el Vaticano venda todos sus bienes pero que nada ha dicho de la presunta fortuna del Honorable, su familia y otros altos cargos del gobierno catalán.

Pujol representa lo más indeseable de la política española y de la política catalana. Su conducta, la de su padre y la de sus vástagos, a la luz de las revelaciones que se están conociendo en los últimos tiempos, con maletas repletas de euros que cruzarían a la banca de Andorra, con presuntas cuentas bancarias en Suiza con millones de euros depositados y con intereses económicos en la propia Cataluña, en el resto de España, en América Latina (Puerto de Rosario, en Santa Fe, Argentina) y México (donde la familia era la propietaria del Hotel El Esplandor, de 5 estrellas, vendido, estimativamente, por más de 40 millones de euros y que el hijo del patriarca se habría ocupado de desviar a varias de las cuentas que la familia tendría en paraísos fiscales) están en todos los medios y son objeto de investigaciones judiciales y policiales.

La propia confesión del “Honorable” sobre su fortuna personal no declarada a Hacienda durante 34 años, y que el propio Pujol atribuiría a una herencia de su familia, intentaría ofrecer un paraguas protector a sus hijos, a su esposa y a su familia; quienes, en los últimos tiempos, han comenzado a ser investigados por la Justicia y los cuerpos de seguridad.

Como consecuencia de su confesión, el Sindicato Manos Limpias ha denunciado a Jordi Pujol i Soley, y a su esposa, Marta Ferrusola ante la justicia, por los delitos de cohecho, tráfico de influencias, blanqueo de capitales, delito fiscal, malversación, prevaricación y falsedad documental.

La denuncia ha recaído en el Juzgado 31 de Barcelona, cuyo juez ha abierto diligencias, notificando su decisión a la Fiscalía.

Al día siguiente, 29 de julio de 2014, el actual Presidente catalán, Arturo Mas, anunció la renuncia al sueldo y a la oficina de la que disfrutaba, por parte del ex presidente, como también a los títulos honoríficos de Presidente fundador de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y de Convergencia y Unión (CiU). Por su parte, el Conseller de la Presidencia, Francesc Homs, ha aclarado que ello implicaría la renuncia, por parte de Pujol padre, al trato honorífico de “Molt Honorable Senyor” y a la medalla de oro de la Generalidad que le fuera otorgada en el año 2007?

La pregunta sería: ¿Cómo ha sido posible que Jordi Pujol y su familia acumulasen una fortuna que algunos investigadores calculan en más de 1.000 millones de euros?

¿Cómo ha sido posible que Marta Ferrusola, esposa del patriarca, haya sido accionista de una empresa de jardinería (Hidroplant) y que dicha firma haya obtenido múltiples adjudicaciones, por cifras millonarias, durante los años en que su esposo ejerció la Presidencia de la Generalidad Catalana?

¿Cómo ha sido posible que, según investigaciones realizadas por el periódico ABC, Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito del patriarca, haya movido, entre los años 2004 y 2012, no menos de 56 millones de euros por paraísos fiscales, mientras adquiría todo tipo de coches de lujo, realizado viajes a lo largo del mundo y transportado cientos de miles de euros a la banca mora de Andorra, tal como denunciase su ex novia Victoria Alvarez?

En las investigaciones que el Juez Ruz está realizando al primogénito y a su ex esposa, Mercedes Girones, por blanqueo de dinero, se incluiría no sólo el movimiento de dinero a paraísos fiscales, sino el cobro de comisiones a empresas de Cataluña a cambio de conseguir contratos con la Generalidad, que su padre presidió durante 23 años.

¿Cómo habría sido posible que Marta Pujol Ferrusola, hermana del anterior, se haya beneficiado de varios contratos celebrados entre su estudio de arquitectura con la Generalidad de Cataluña, extremo denunciado por el propio Partido Socialista de Cataluña (PSC) en el Parlamento regional?

¿Cómo ha sido posible que Josep Pujol Ferrusola, otro hijo de don Jordi, fuese acusado, en el año 2002, de evitar concursos públicos recurriendo a maniobras para que su empresa, Europraxis, participase de los negocios de la Generalidad?

¿Cómo ha sido posible que Pere Pujol Ferrusola, que se desempeñó como gerente de la empresa Entorn Ingeniería y Servicios, haya firmado varios contratos con la Generalitad por valor de más de 190.000 euros durante el gobierno de su padre?

¿Cómo ha sido posible que Oriol Pujol Ferrusola, otro de los hijos del patriarca, conocido por su papel en política (hasta su reciente renuncia), haya sido imputado en el caso de las ITV por tráfico de influencias y cohecho en concurso público?

¿Cómo ha sido posible que Anna Vidal, esposa de Oriol Pujol, resultase imputada por el caso ITV y haya realizado tareas de asesoramiento para la deslocalización y reconversión de empresas como Sony que hizo para la empresa Alta Partners, del empresario y amigo de Oriol Sergi Alsina, también imputado en la misma causa?

¿Cómo ha sido posible que Oleguer Pujol Ferrusola quien, hasta hace un año, habría dirigido varias sociedades desde el paraíso fiscal de la isla de Guernsey, participase también en Drago Capital pese a las informaciones que desnudaban los presuntos negocios fraudulentos de su familia?

¿Cómo ha sido posible que Mireia Pujol, hija menor de la familia, haya participado en muchos viajes realizados por su padre, en misión “oficial”, pese a la incredulidad de la oposición y que, siendo bailarina de formación, su antigua compañía de danza hubiera recibido subvenciones públicas durante el mandato de su padre?

Todo habría sido posible por la corrupción de un sistema político regional que, liderado por un patriarca, su familia y sus secuaces, y embanderado en el nacionalismo catalán, ha posibilitado el expolio, el engaño y el totalitarismo de una clase política en manos de la burguesía catalana y cuyo discurso, el separatismo, servía para cubrir negocios oscuros, tráficos de influencias y la presunta comisión de diversos delitos.

Hoy el cerco judicial y policial pareciera estrecharse en torno a los Pujol.

Sus socios de Convergencia y Unión, el propio delfín del patriarca, Arturo Mas, y principalmente sus socios financieros, nacionales e internacionales, no quieren ver sus nombres ni sus empresas manchados con el apellido Pujol.

En la pasada semana, hasta sus socios de ERC solicitaron que se le retiren todas sus prerrogativas como ex presidente de la Generalidad, aunque no apoyaron – pese a que algunos pensaran lo contrario – la creación de una comisión de investigación, como propusiera el Partido Popular.

Para finalizar, diremos que todo indicaría que ha comenzado a caer el edificio del pujolismo. La pregunta es: ¿Cantará el ex honorable todo lo que sabe, los turbios negocios que se habrían realizado y los millones que, presuntamente, habrían sido desviados al extranjero?

¿Arrastrará consigo, consciente o inconscientemente a todo su clan familiar y a sus herederos políticos y económicos?

¿Será este el comienzo, junto a la reacción de la sociedad civil constitucionalista que no desea la desintegración de España, de un nuevo escenario que permita sepultar los delirios del separatismo más radical?

La respuesta dependerá del curso de los próximos acontecimientos y de la evolución judicial, política y policial de las próximas investigaciones.