ISRAEL: UNA DEMOCRACIA ATACADA POR TERRORISTAS Y ALGUNOS PERIODISTAS

Mientras escribo estas líneas seguramente Israel continúa sus ataques contra la Franja de Gaza y sus tropas continuarán desplegándose, en territorio palestino, para neutralizar y exterminar el accionar terrorista de Hamas que, desde colegios, hospitales, viviendas particulares y túneles ataca a poblaciones, personas e intereses de Israel.

CARTEL 1

Ese accionar terrorista no es nuevo y se alimenta de la victimización del pueblo palestino para destruir a Israel, y al pueblo israelí, convirtiendo a los civiles palestinos en escudos humanos y mártires por la causa de “liberación de Palestina”.

A los terroristas de Hamas y de Oriente Medio les viene muy bien exhibir cadáveres de niños humeantes, rostros de ancianos heridos, viviendas destrozadas por las bombas o mujeres llorando a sus muertos. Esas imágenes y los testimonios recogidos por periodistas internacionales son el mejor modo de traicionar la verdad, apelando al sentimentalismo y a las emociones, para enemistar a Occidente contra Israel y suscitar adhesiones hacia su proyecto de terror.

Sin embargo, tengamos en cuenta que HAMAS, o el Movimiento de Resistencia Islámico, es una organización yuhadista, nacionalista e islámica cuyo objetivo es constituir un estado propio en la región histórica de Palestina, que comprendería Cisjordania, Israel y la Franja de Gaza, actuando para ello a través de diversas organizaciones de superficie, de carácter religioso y, principalmente, mediante sus Brigadas de Ezzeldin Al Qassam, brazo armado que practica el terrorismo.

Declarada organización terrorista por la Unión Europea, los Estados Unidos de Norteamérica, Japón, Canadá, Australia e Israel, entre otros países, desde el año de su cración (1987), Hamas ha perdido a varios de sus dirigentes, incluyendo su fundador y líder espiritual, por acciones militares acometidas por Israel.

En su carta fundacional, Hamas, evidencia la influencia de teorías conspirativas antisemitas, incluyendo los llamados Protocolos de los Sabios de Sion, fuente principal del antijudaismo nazi y, desde el año 2007, tras enfrentarse con su rival Al Fatah, Hamas se hizo con el control de la Franja de Gaza, gobernando hasta la actualidad la Autoridad Nacional Palestina lo cual provocó, con total razón por su parte, un bloqueo a la franja por parte de Israel.

En ese contexto, y tras cientos de víctimas israelíes provocadas por ataques suicidas de terroristas de Hamas, ataques con bombas y cohetes; y recibiendo apoyo económico de Irán, Arabia Saudí, Siria, Venezuela o Cuba, Hamas se ha negado desde el Gobierno de la Franja a avanzar en el proceso de paz, reconociendo el derecho de Israel a existir, la renuncia a la violencia terrorista y la aceptación de los denominados Acuerdos de Oslo, firmados entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, en 1993.

En estos días, y con el objetivo de alcanzar un cese al fuego, se han reunido el Secretario de Estado de los EEUU de Norteamética, John Kerry, con el Primer Ministro Benjamín Netanyahu y el presidente palestino Abu Mazen, a la vez que Estados Unidos y Europa han recomendado cesar los vuelos sobre territorio israelí porque, no lo olvidemos, los terroristas de Hamas continúan disparando cohetes contra Israel y para la opinión pública internacional, sería un golpe muy duro afrontar la destrucción de nuevos aviones de pasajeros y de cientos de muertos, a pocos días del atentado que acabó con la vida de casi trescientas personas, pasajeros y tripulantes de un Boeing 777 de líneas aéreas de Malasia (Malaysia Airlines), en tránsito desde Ámsterdam a Kuala Lumpur, sobre territorio de Ucrania.

Como era previsible, la prensa sensacionalista ha condenado el accionar israelí contra la Franja de Gaza, valorando positivamente la resistencia del pueblo palestino al luchar por su tierra, por sus mujeres y por sus niños. Todo ello a efectos de generar un clima emocional pro palestino que, sobre la sangre derramada, recoja adhesiones en todo el mundo islámico y también en otros regímenes antioccidentales y, principalmente, en círculos antijudíos.

De ese modo no es casual que, apelando a fotografías de niños muertos o mujeres llorando la pérdida de familiares, periodistas de medios “progresistas” condenen en duros términos el accionar defensivo – ofensivo de Israel, mientras callan ante los crímenes y atropellos de las más asquerosas dictaduras, como la cubana, la venezolana o la del régimen iraní.

Pero, ¿Cómo reaccionaría esa prensa si en lugar de sufrir los ataques Israel esos crímenes terroristas fueran sufridos en Londres, en Paris, en Nueva York o en Madrid? ¿Cuestionaría la prensa “progre” el derecho de esos estados democráticos a defenderse de sus enemigos? ¿Utilizarían los cadáveres de sus conciudadanos para utilizarlos como armas de propaganda en favor de los atacantes?

CARTEL 2

Seguramente que sí. Ya lo han hecho el 11M. Y lo volverían a hacer, si con ello consiguiesen el establecimiento de un gobierno sectario, que distorsionase la historia desde la “superestructura”, en términos marxistas, es decir, desde las formas jurídicas, políticas, artísticas, filosóficas y religiosas de un momento histórico concreto, En este sentido pueden entenderse la sentencia del 11M, el ocultamiento y destrucción de pruebas de los atentados, la Alianza de las Civilizaciones, la Ley de Memoria Histórica, la implantación de Educación para la Ciudadanía o la Ley del Aborto.

Pero, más allá de esa estrategia discursiva y propagandística de la izquierda, lo cierto es que toda contienda armada genera un saldo trágico de víctimas humanas (más de 600 palestinos y casi una treintena de soldados israelíes), el desplazamiento de población como consecuencia de los bombardeos y el daño a bienes públicos y privados, todo ello sin considerar las graves consecuencias psicológicas que, sobre la población afectada, tiene un conflicto de esta naturaleza.

Sin embargo, no es menos cierto que Israel constituye el único estado democrático de la región, la única democracia y que ese Estado, y su población, se encuentran rodeado de enemigos; enemigos que desean no sólo la destrucción del estado de Israel, sino el aniquilamiento de la población judía.

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Frente a los ataques terroristas, es innegable el derecho – deber de Israel de defenderse de sus enemigos, internos y externos, recurriendo al uso de la fuerza legítima cuando ello corresponda, y más cuando los intentos de mediación internacional no han avanzado y mientras el apoyo dinerario al terrorismo de Hamas continúa por parte de distintos poderes y países de Oriente Medio.

En esta encrucijada Israel tiene la palabra y la decisión. Pero los propios palestinos son los que deberán escoger entre continuar apoyando a los terroristas o escoger un camino por la paz, camino que pasará, necesariamente, por el reconocimiento del derecho a existir de Israel, por la renuncia a la violencia terrorista y por el cumplimiento de los acuerdos de paz firmados en el pasado.

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