La “Dama de Hierro” ha entrado en la inmortalidad

Hoy se ha producido el deceso de la ex primer ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, a quien podríamos considerar como uno de los pilares de la revolución liberal de los años 80, junto al Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Ronald Reagan y al Papa Juan Pablo II.

Thatcher fue una luchadora por el progreso económico, la libertad económica, los valores liberales y el respeto a la dignidad y derechos humanos, más allá de las sombras que, como a toda figura pública, pueden atribuirse; incluyendo la polémica decisión, durante la denominada “Guerra de las Malvinas” de autorizar el hundimiento del Crucero General Belgrano, integrante de la flota que el gobierno de la dictadura militar argentina tenía en servicio activo en el Atlántico Sur.

Margaret Thatcher

Frente a la invasión a las islas por parte de un régimen militar genocida, empeñado en distraer la opinión pública y la crisis económica interna con un conflicto externo, la ex “Dama de Hierro” demostró el arrojo, el coraje y el determinismo necesarios para afrontar ese conflicto recurriendo, incluso, al uso de las fuerzas armadas y al envío de tropas de élite al territorio “recuperado” por el gobierno argentino.

Aunque la prensa y politicastros sudamericanos, tan proclives a las gestas nacionalistas chauvinistas y al sensacionalismo amarillento, critiquen el apodo de Margaret Thatcher, por su reminiscencia a un instrumento de tortura de la antigüedad, célebre en Inglaterrra, conocido como “dama de hierro” y que consistía en un sarcófago con púas en el fondo y una tapa, también con púas afiladas, que se cerraba lentamente sobre el condenado, lo cierto es que el rigor y la convicción que caracterizaron a su gobierno y su control del poder en el partido conservador británico más lo hubiesen deseado para sí los propios argentinos y los gobiernos de cualquier país que pretendiese progresar económica, política y socialmente.

Margaret Thatcher fue implacable frente al terrorismo del IRA, lo cual demostró cuando sus militantes realizaron una huelga de hambre durante 172 días y fueron muriendo poco a poco, sin que ella aceptase negociar con los asesinos.

De orígenes humildes, logró graduarse en Química en la Universidad de Cambridge, estudiar derecho y especializarse en derecho fiscal, habiendo destacado como Ministra de Educación. Tras abandonar el poder en 1992, gozó de prestigio entre los liberales y conservadores del mundo entero y no tuvo necesidades económicas, gracias a sus conferencias internacionales, a la herencia de su esposo y a sus memorias.

Lamentablemente, a partir del año 2002, comenzó a sufrir ataques cerebrales que la fueron deteriorando hasta que, hoy, con 87 años de edad, ha dicho adiós al mundo entero.

Millonaria gracias a sus conferencias, la herencia de su marido Denis y sus memorias, se retira de la vida política en el 2002, a medida que pequeños ataques cerebrales van deteriorando su salud. Murió a los 87 años y su funeral será tan impresionante como el de una reina británica.

El gobierno de las Islas ha emitido un comunicado de prensa que lleva la firma del consejero Mike Summers y que reza:” "con gran tristeza recibimos las noticias de la muerte de la Baronesa Thatcher esta mañana…, ella será siempre recordada en las islas por su decisión de enviar a las fuerzas que liberaron nuestro hogar tras la invasión argentina en 1982".

David Cameron, Primer Ministro Británico, ha declarado que “hemos perdido a un gran dirigente, un gran primer ministro y una gran británica” e incluso, con el consentimiento y tristeza de la Reina, Lady Thatcher recibirá un funeral ceremonial con honores militares.

De su gestión como Primera Ministra, entre los años 1979 y 1990, podríamos destacar lo siguiente:
a) Diálogo permanente y fluido entre Downing Street y el Palacio de Buckingham;
b) Frugalidad, decoro y sencillez durante el ejercicio de su mandato;
c) Reducción de los impuestos directos sobre la renta e incremento de los indirectos; reducción de la inflación y del gasto público, incluyendo el destinado para la prestigiosa Universidad de Oxford que nunca le concedió un doctorado honorífico;
d) Creación de la Social Market Foundation y conservación de sus principios pese a las críticas internas de economistas y políticos rivales, lo cual le posibilitó fortalecer la economía británica y lograr su crecimiento en 1983, bajando las tasas de inflación y los tipos de interés para las hipotecas, pese a mantener un paro cercano a los 3 millones y medio de personas;
e) Logro de su reelección por un tercer período consecutivo, reforzando los impuestos locales, en una medida muy cuestionada internamente que fue anulada por su sucesor John Major;
f) Reducción del poder y privilegios sindicales, tanto frente a los mineros como a otros sectores laborales, y adopción de una política de privatizaciones de empresas del Estado, aplicando el principio de subsidiariedad en la economía;
g) Apoyo explícito a las políticas del Presidente Ronald Reagan en materia exterior, con un claro compromiso en la defensa de la libertad frente a las dictaduras comunistas, posicionándose contra el apartheid
h) Firme oposición frente a la adopción de una unión monetaria europea, por considerar que ello limitaría la soberanía británica en el plano económico;
i) Apoyo al proceso iniciado entre los Estados Unidos de Norteamérica y la ex Unión Soviética y que culminaría con la caída del Muro de Berlín, con el fin de las mal llamadas “democracias populares” y con la caída del modelo comunista.

Hoy la “Dama de Hierro” ha dejado este mundo. Que descanse en paz pues, sin dudas, pocos políticos podrán decir como ella que “Estoy muy feliz de haber dejado al Reino Unido en un mucho mejor estado del que estaba cuando llegamos al poder hace 11 años y medio”.

Ojalá los corruptos y genocidas militares argentinos de la dictadura de 1976 – 1983, los gobernantes de ese país que les continuaron, sumiendo a más de la mitad de su población en la pobreza; o los políticos españoles, principalmente socialistas, de la izquierda radical, del naZIonalismo subversivo antiespañol y del maricomplejismo liderado por Mariano Rajoy asuman el compromiso, los principios y la coherencia de Margaret Thatcher; principios, compromiso y coherencia que mantuvo durante toda su vida, a partir de sólidos principios éticos adquiridos en el protestantismo y principios políticos inspirados en Milton Friedman.

Si así fuera otra podría ser nuestra historia y nuestra cotidianeidad…

Comentarios

  1. Juan Seagal Norris8 de abril de 2013, 11:49

    Siempre la he admirado. Me temo que en casi todos los medios de comunicación de España sólo se hable de Sara Montiel. D.E.P. las dos. Aunque , personalmente, me gustaría que nuestro Presi fuera Margaret, aunque Mariano también empieza por Mar.

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