CUANDO EL TIEMPO HACE JUSTICIA….

Resulta curioso que, con diferencia de pocas horas, los madrileños debamos decir adiós de la primera línea pública a la mejor política de la historia de Madrid y, hoy, asistamos a la muerte de uno de los personajes más oscuros, impunes y controvertidos de las últimas décadas.

Ha muerto Santiago Carrillo, ex dirigente del Partido Comunista Español, ex titular de la Junta de Defensa de Madrid en tiempos en los que la izquierda radical protagonizara los mayores crímenes de la guerra civil española y uno de los mal denominados “padres de la transición”, artífice de los maquis, contertulio de programas radiales en los que jamás se le cuestionó su pasado y uno de los secuaces del revisionismo histórico impulsado por el más radical zapaterismo con su proyecto de desmemoria histórica.

Definido a sí mismo como “jubilado de militancia, pero no del mundo de la política”, mintió, hasta último momento, negando los crímenes cometidos y atacando a los españoles que optaron por defender a España de la revolución comunista que la izquierda radical inició contra el gobierno de la Segunda República, en 1934.

Intervenido quirúrgicamente en distintas oportunidades, tras su pase a “retiro” en 1991, continuó difundiendo mentiras por medios periodísticos e incluso, en marzo del 2011, participó en Parla del tributo a Domingo Malagón, comunista falsificador de documentos que actuó ilegalmente para permitir la huida de la justicia de notorios camaradas.

A los 97 años de vida, el tiempo hizo justicia. Carrillo fue, según diversas fuentes históricas, uno de los principales responsables de las matanzas de Paracuellos de Jarama, tras las sacas de presos en la Cárcel Modelo de Madrid y en otras instituciones controladas por el gobierno republicano, en aquél otoño de 1936.

Santiago Carrillo, responsable de Seguridad de la Junta de Madrid, fiel a las órdenes de Stalin, subordinado a los asesores soviéticos que el dictador comunista envió a Madrid, y aplicando una metodología que los comunistas aplicaron en Katyn, fue abiertamente implicado por el nacionalista vasco Jesús de Galindez en los crímenes. Entre los días 6 y 7 de noviembre de 1936 fueron ejecutados a traición y con alevosía 1020 detenidos, continuando con las ejecuciones hasta el mes de diciembre de ese mismo año, para totalizar unos 7.000 muertos.

Su participación criminal fue confirmada tras la apertura de los antiguos archivos de la ex Unión Soviética. El prestigioso historiador César Vidal, en su obra “Katyn – Paracuellos”, recoge un documento escrito por Gueorgui Dimitrov, líder de la Internacional Comunista, del  30 de julio de 1937, en el que informa a Stalin de los avances en la toma del poder por parte del PCE. Refiriéndose a Irujo, Dimitrov expresa “es una nacionalista casco, católico. Es un buen jesuita, digno discípulo de Ignacio de Loyola (...). Se dedica especialmente a acosar y perseguir a gente humilde y a los antifascistas que el año pasado trataron con brutalidad a los presos fascistas en agosto, septiembre, octubre y noviembre. Quería detener a Carrillo, secretario general de la Juventud Socialista Unificada, porque cuando los fascistas se estaban acercando a Madrid, Carrillo, que era entonces gobernador, dio la orden de fusilar a los funcionarios fascistas detenidos. En nombre de la ley, el fascista Irujo, ministro de Justicia del gobierno republicano, ha iniciado una investigación contra los comunistas, socialistas y anarquistas que trataron con brutalidad a los presos fascistas. (...) Irujo está haciendo todo lo posible e imposible para salvar a los trotskystas y sabotear los juicios que se celebran contra ellos.”

De sus palabras resulta clara la comparación entre Irujo y Carrillo, siendo este último, a ojos de un agente de Stalin, quien habría actuado conforme las directivas del dictador.

En plena época de la denominada “transición española”, auténtico origen de muchos de los males que existen en la España de hoy, comenzando por el estado de las autonomías, el antiguo miliciano conocido como “El Estudiante”, compañero de Carrillo en sus crímenes, le dirigió una carta que hoy vale la pena recordar:

Sr. Don Santiago Carrillo Solares:

Creo que me conocerás. Yo sí te recuerdo mucho. Hoy soy vecino de Aranjuez, tengo 85 años. En el año 1.936 fui enterrador del cementerio de Paracuellos del Jarama. También estuve en la checa de la ESCUADRILLA DEL AMANECER, de la calle del Marqués de Cubas nº 17 de Madrid, donde presencié los más horribles martirios y crímenes.

También estuve en el Cuartel de la Guardia de Asalto de la calle Pontones, en la Puerta del Sol, donde tú, Santiago Carrillo, mandabas realizar toda clase de martirios y ejecuciones en las checas de tu mando. Yo soy Pionero, al que llamaban “EL ESTUDIANTE”, que llevaba la correspondencia a las diferentes checas a cambio de la comida que me dabas…

¿Me conoces ahora, Santiago Carrillo?  

¿Te acuerdas cuando tú, Santiago Carrillo, acompañado de la Miliciana SAGRARIO RAMÍREZ y de SANTIAGO ESCALONA y RAMIRO ROIG alias “EL PANCHO”, en la era de Fuencarral, Kilómetro 5, el día 24 de agosto de 1.936 a las 7 de la mañana, asesinasteis al Duque de Veragua y tú, Santiago Carrillo, mandaste que le quitaran el anillo de oro y piedras preciosas que llevaba? ¿Recuerdas que no se lo podías quitar y tú, Santiago Carrillo, ordenaste que le cortaran el dedo?

¿Te acuerdas, Santiago Carrillo, la noche que llegaste a la checa del Fomento, en el coche Ford, matrícula de Madrid 984, conducido por el comunista JUAN IZACU y los chequistas MANUEL DOMÍNGUEZ alias “EL VALIENTE” y el Guardia de Asalto JOSÉ BARTOLOMÉS y en el sótano mandaste quemar los pechos de la monja Sor Felisa del Convento de las Maravillas de la calle Bravo Murillo, y así lo hizo “EL VALIENTE” con un cigarro puro?
Esto sucedió el 29 de agosto de 1.936 a las 3 de la madrugada…

¿Me recuerdas ahora, Santiago Carrillo?

Con 24 años que tenías, ¡cuántos asesinatos cometiste…!

¡Cuánta sangre tienes derramada en España…!

No quiero molestarte más, Santiago Carrillo, CRIMINAL.

Se despide de ti el enterrador de Paracuellos del Jarama, alias “EL ESTUDIANTE”, que presenció los martirios y asesinatos que tú, Santiago Carrillo, mandaste que se realizaran en España.”

El documento – imperdible desde el punto de vista histórico para quienes hacemos un auténtico ejercicio de rescatar del pasado los crímenes impunes para que nunca puedan volver a repetirse – alude a los crímenes ordenados y cometidos por el dirigente comunista, auténtico agente de Moscú y que tanto protagonismo tuvo en la fusión de las juventudes del Partido Socialista Obrero Español y las Juventudes del Partido Comunista Español, con clara preponderancia del Partido Comunista, en una línea de bolchevización de la izquierda española a efectos de implantar una dictadura del proletariado al estilo soviético en la España republicana.

Cobarde por naturaleza, no demostró valor alguno en el frente, tanto así que el comunista Líster le acusó de “nunca asomar la gaita por el frente”; hijo de un histórico dirigente socialista que protagonizase el alzamiento contra Negrin, tuvo el “coraje” de escribir una carta a su padre, en la que expresaba su “renuncia a su condición de hijo” y en la que afirmó que “si estuviese en sus manos procedería a matarlo” (a su padre); además, poco antes de concluir la II Guerra Mundial, con una Unión Soviética en expansión, Carrillo impulsó el maquis, ordenando homicidios de sacerdotes y convocando a alzarse por las armas a algunas poblaciones del Valle de Aran, en un intento que fracasó, y del que no se hizo responsable.

Tras su expulsión escenificada del Partido Comunista y tal como expresara su compañero de viaje, Sánchez de Semprún, en su “Autobiografía”, Carrillo se limitó a esperar el fin del franquismo por el paso del tiempo, y a disfrutar de la hospitalidad de otros camaradas criminales como el del ex dictador y asesino Ceausescu, de Nikita Kruschev o del ex mariscal Tito.

“Comunista hasta la muerte” fue uno de los contertulios favoritos de los secuaces zapateriles, deseosos de ganar una guerra que en su momento perdieron, ansiosos por aniquilar a los enemigos que, en su tiempo, no tuvieron el coraje de enfrentar, y aladid de la mal denominada “desmemoria histórica” que pretendió hacer aparecer a los criminales como “luchadores por la democracia”, a los verdugos de las chekas como “paladines en la eliminación de los fascistas de la “Quinta Columna de Madrid” y en simples agentes policiales y del orden a los milicianos que torturaron, vejaron, violaron e incluso desollaron vivo a sus propios compañeros de ruta.

Resulta lamentable que, en un auténtico acto de impudicia política, hoy todos los representantes de los partidos políticos, incluyendo a dirigentes del Partido Popular se lamentasen de su deceso.

Lo que los demócratas deberían lamentar es que la muerte de Carrillo, comunista, asesino, torturador, cobarde, organizador de terrorismo y que nunca tuvo la valentía de afrontar ante la justicia sus crímenes, no hubiese acontecido antes.

De haber sucedido, miles de vidas podrían haberse salvado y miles de inocentes no hubiesen sufrido un destino atroz.

Comentarios

  1. Buenas noches. La verdad es que ahora, después de los años, parece que hay que dar las gracias a este "señor", cuando la realidad verdadera nos describe a alguien sin piedad, sin humanidad y con terribles sangres a sus espaldas. Pero claro, ni squiera la actual derecha, acomplejada, es capaz de resistir el "encanto" de Carrillo.

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