A 800 años de la batalla de las Navas de Tolosa... España tendrá futuro?

A 800 años de la Batalla de Las Navas de Tolosa (16 de julio de 1212), la que posibilitó extender el reino cristiano de Castilla hacia el sur de la península ibérica, invadida por los musulmanes.

En esos tiempos, tan decisivos para la historia ulterior de España, el rey Alfonso VIII de Castilla, el Arzobispo de Toledo y el Papa Inocencio III decidieron organizar la quinta cruzada contra los almohades de Al-Ándalus, cruzada que enfrentaría a las tropas cristianas contra las fuerzas del califa "Muhammad An-Nasir"

50 mil hombres abanderados por Don Diego López II, quinto señor de Viscaya, entre los que se contaban tropas de Sancho VII de Navarra, Pedro II de Aragón, Alfonso II de Portugal más las tropas de órdenes militares como Santiago, Calatrava, el Temple, Malta o San Lázaro, entre otras, junto a cruzados convocados por el Papa Inocencio III y a tropas francesas, se enfrentarían a unos 140.000 musulmanes de diverso origen y composición.

Eran tiempos en que toda la cristiandad se hallaba amenazada por un enemigo común y en que corrían peligro vidas y haciendas de todos aquellos que osasen oponerse al totalitario Islam.

Tras la toma de Calatrava, los cristianos se dirigieron hacia las Navas de Tolosa, al noroeste de Jaén. Pese a haber sido rodeados por el enemigo y al abandono de las tropas del esto de Europa, los soldados españoles lograron romper el cerco, atacar a su enemigo y derrotarlo, iniciando el fin del poderío musulmán en la península ibérica, poderío que quedaría en nada con la derrota, en manos de los Reyes Católicos, de la dinastía nazarí y con la huída de Boabdil, tras la capitulación de Granada el 2 de enero de 1492.

Fue la España unida la que acometió la derrota de los musulmanes ese 16 de julio de 1212. Fueron Diego López, Gonzalo Nuñez de Lara, los freires del Temple, del Hospital, de Calatrava, Rodrigo Díaz de los Cameros, el rey Pedro de Aragón, García Romero, Jimeno Cornel, Alvaro Díaz, Juan González junto al rey Alfonso, el valeroso rey Sancho de Navarra y al arzobispo Rodrigo de Toledo.

Esto muestra cómo, pese a la adversidad y a la existencia de un enemigo despiadado, la unidad en los fines posibilitó la consolidación de un proyecto político de unidad nacional, el logro de fines políticos y el avance pese al derrotismo.

A 800 años de esa gesta, España se enfrenta a retos similares. Sin embargo, a diferencia de lo acontecido en el pasado, nuestro país no tiene dirigentes de esa grandeza, ni ha identificado al enemigo común (interno y externo) ni, mucho menos, posee un proyecto político que convoque a todos, ni hipótesis de conflicto tal como cualquier estado serio debe tener.

El mejor homenaje que la clase política debería realizar hoy a los héroes de las Navas de Tolosa debería ser realizar un correcto diagnóstico de la crisis que nos afecta y de sus causas, que no son económicas sino políticas.

Hay que recuperar la unidad, grandeza de miras y libertad de España.

No podemos permitirnos 17 taifas autonómicas. Estas deberían ser suprimidas del mismo modo en que fueron aplastados los moros por los cristianos hace 800 años.

Es imprescindible la supresión de ayuntamientos de menos de 10.000 habitantes, el cierre de todas las televisiones públicas y autonómicas deficitarias, la supresión de todas las subvenciones al exterior, a entes reguladores u ONGs, así como a fundaciones, sindicatos, partidos políticos y corporaciones con mayor o menos aporte estatal. Si España no puede mantener prestaciones por desempleo, primero debe dejar de financiar los dislates de las autonomías; si se torna necesario incrementar los impuestos indirectos, antes hay que cerrar o privatizar todos los aeropuertos ineficientes; si Mariano Rajoy considera imprescindible mantener el incremento del IRPF, antes debería gravar las SICAVs y nunca debería permanecer en su cargo un ministro que argumenta la necesidad de aumentar el IVA porque no todos los españoles lo pagarían. ¿Para que queremos, pues, personal de Hacienda???

A 800 años de las Navas de Tolosa, España debe volver a demostrar que puede combatir a su enemigo interno (de naturaleza política) por sí misma. Lo preocupante es que, lamentablemente, dudo que nuestra clase dirigente esté dotada del patriotismo, del renunciamiento, de la valentía y del sacrificio que tuvieron aquellos héroes que derrotaron a los musulmanes por la grandeza y gloria de España.

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