ACERCA DE LAS MENTIRAS DEL PARTIDO DE LOS 100 AÑOS DE "HONRADEZ"

A pocos días de unas elecciones autonómicas y municipales que modificarán, salvo hecatombe política de la oposición, el mapa electoral español, conviene, para las jóvenes y no tan jóvenes, y para todos aquellos que han sido víctimas de las continuas campañas de mentiras, falsedades históricas y desmemoria histórica, recordar algún que otro episodio de la historia del Partido Socialista Obrero Español.

Una triste jornada de la historia del socialismo y de la democracia, que es incompatible con el socialismo, se vivió el 7 de julio de 1819 cuando, en el parlamento, un personaje resentido, antisistema y me atrevería a decir proterrorista llamado PABLO IGLESIAS dejó muy claro a que estaba dispuesto su partido para alcanzar sus fines.

IGLESIAS afirmó "...el partido que yo aquí represento aspira a concluir con los antagonismos sociales, a establecer la solidaridad humana, y esta aspiración lleva consigo la supresión de la Magistratura, la supresión de la Iglesia, la supresión del Ejército, y la supresión de otras instituciones necesarias para ese régimen de insolidaridad y antagonismo..:" Los socialistas - se refería Iglesias - "estarán en la legalidad mientras la legalidad les permita adquirir lo que necesitan; fuera de la legalidad cuando ella no les permita realizar sus aspiraciones."

Si analizamos lo que las dos últimas legislaturas socialistas nos han dejado, y aunque toda comparación puede resultar odiosa, veremos que el desgobierno antiespañol de Rodríguez Zapatero, bajo el discurso "progre" del bienestar, del consenso, del talante y de la alianza de las civilizaciones, nos ha conducido a una encrucijada en la que;

1) Se ha perseguido a la Iglesia Católica Apostólica Romana y se han promulgado leyes tendientes a limitar la autoridad de los padres para elegir con libertad que educación quieren para sus hijos;

2) Se ha impuesto una asignatura denominada "Educación para la ciudadanía", que bajo un pretexto de educación laica, se ha convertido en un instrumento de deslegitimación de los padres, en un socabamiento de la familia tradicional y en un relajamiento de la moral familiar e individual, para que sea el Estado quien determine lo que los ciudadanos deben leer, deben comer, deben beber o cómo deben vivir;

3) Se ha politizado la justicia que, en no pocos casos, lamentablemente, se ha transformado en correa de transmisión de las directivas del ejecutivo, con menoscabo de las víctimas del terrorismo, de las libertades ciudadanas y en favor de la liberación de asesinos o en la no investigación de la mayor masacre de la democracia española, que fue el 11M;

4) Se ha debilitado al Ejército y a las Fuerzas Armadas a las que, cobardemente, se las hizo huir de Irak para participar en otros conflictos internacionales, como Afganistan, en el que ya han muerto más de 100 efectivos, sin que al ejectutivo le preocupen lo más mínimo, y sin que la oposición exija las responsabilidades políticas de dicha intervención militar. Bajo la mentira de "misión humanitaria" los integrantes de las fuerzas armadas combaten a un enemigo cruel y despiadado que no tiene reparo alguno en recurrir a acciones terroristas y suicidas para alcanzar sus objetivos, sin que el Estado español provea a nuestros efectivos de los medios materiales y tecnológicos necesarios para reforzar su seguridad. Naturalmente teniendo como ministra a una NAZIonalista separatista catalana llamada CARMEN CHACÓN, a quien nunca le importó España ni la unidad española;

5) Se ha fragmentado la unidad de España, estableciendo un régimen de taifas en las que, curiosamente, siempre han resultado más beneficiadas aquellas gobernadas por el Partido Socialista y sus aliados separatistas. Todo a costa del erario español, en un régimen de corrupción, maniqueísmo politica y clientelismo electoral cuya manifestación más grotesca se ha dado en Andalucía, pero que no es ajena a otros enclaves gobernados por el PSOE;

6) El desgobierno zapateril anti régimen constitucional - como lo fue Pablo Iglesias - no ha dudado en negociar con asesinos y con proetarras para mantenerse en el poder, contando con el apoyo de nazional separatistas catalanes y NAZIonalistas de las Vascongadas, negociando, a cambio de dinero y privilegios, apoyo para muchas de sus leyes más polémicas.

Zapatero, como Pablo Iglesias, no ha tenido ni tiene ningún principio de decencia ni de moral políticos.

La historia está a nuestra disposición y, a propósito del inmoral Iglesias, recordemos otras de sus intervenciones:
"Tal ha sido la indignación producida por la política del gobierno presidido por el Sr. Maura, que los elementos proletarios, nosotros de quienes se dice que no estimamos los intereses de nuestro país, amándolo de veras, sintiendo las desdichas de todos, hemos llegado al extremo de considerar que antes de que Su Señoria suba al poder debemos llegar al atentado personal!

Como véis menudo demócrata y talante democrático el de Pablo Iglesias y sus secuaces "proletarios".

Zapatero siempre ha dicho defender los intereses del país. Pero, cuando una minoría iluminada, con un líder ignorante e incapaz como lo es José Luis Rodríguez Zapatero, toma las riendas del poder, desgobierna e interpreta la realidad bajo su propio paradigma ideológico.

Zapatero mintió al hablar de talante cuando su única pretensión fue siempre anular la democracia, aliarse con minorias que odian a España y controlar los medios de comunicación.

Zapatero no ha dudado en llamar "accidente" al atentado etarra de la T4, para continuar negociando con terroristas, favorecer la liberación de asesinos etarras o, bajo el paraguas de la "alianza de las civilizaciones", unirse internacionalmente a genocidas, dictadores y gobernantes despreciables como los hermanos Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, el vecino Mohammed o distintos genocidas africanos.

Zapatero ha gobernado manifestando un desprecio absoluto por el régimen constitucional, posibilitando a sus aliados separatistas el ataque a todo lo que sea español, persiguiendo a esta idioma (hablado por más de 500 millones de personas) en dichas comunidades, y no haciendo cumplir normas básicas de la Constitución Nacional, como es el aprendizaje del español en todos los territorios del Reino de España.

Iglesias, en su momento, no dudó en subvertir el sistema constitucional español para reemplazarlo por una dictadura del proletariado sujeta a los intereses de la extinta Unión Soviética.

Zapatero, en estos años, no ha cejado en sus esfuerzos de debilitar al régimen constitucional español y en atontar a los ciudadanos con la peor educación de las últimas décadas, en debilitar a las fuerzas de la sociedad civil dividiendo y ofendiendo continuamente a las víctimas del terrorismo, en anestesiar a la sociedad civil con medios de comunicación adictos o en convertir a España en el coladero europeo de la inmigración ilegal, en el paraíso del homicidio de no nacidos o en el debilitamiento de la familia, como unidad social básica de la sociedad.

Zapatero, tras su sonrisa falsa y cruel, ha dejado casi 5.000.000 de parados (a nivel oficial), a más de 1.500.000 de hogares donde todos sus miembros están sin ingresos, una ley de desmemoria histórica que sólo ha levantado polvo de las tumbas de un bando, un alineamiento internacional de España junto a los regímenes más abyectos del mundo, y un régimen de corrupción generalizado allí donde gobierna su partido.

Tanto Iglesias como Zapatero han mentido, engañado, corrompido y atentado contra el régimen constitucional que les ha tocado vivir.

Esta es una verdad tan grande como que Iglesias no dudó en alentar atentados personales y que Zapatero no dudó ni un momento en negociar con los asesinos de miles de españoles y en no investigar el mayor atentado de la democracia, que le permitió acceder al poder.

Ayer y hoy, las mentiras del "partido de la honradez" quedan a la vista de quien las quiera ver o conocer.

Si no que le pregunten al ministro de los Gal, de Filesa o del chivatazo del Faisán.

Tenemos la oportunidad de desenmascarar esas mentiras y de defender el régimen constitucional español diciéndole NO a ZAPATERO, a sus secuaces y a los que han estado gobernando estos años sirviéndose del Estado para sus propios intereses. Porque no olvidemos que, para el PSOE, el fin justifica cualquier medio.

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